Dependiendo de tu ritmo de vida, tiempo libre o incluso gustos personales, es probable que hagas ejercicio a una hora determinada cada día, pero como el cuerpo es una máquina biológica y poco le importa lo que diga el cerebro racional o si tienes disponibilidad por las mañanas o por las noches, es importante que tomes en cuenta la hora a la que haces ejercicio para saber lo que debes comer. Fuente.
Así que aquí a continuación te dejamos estas sugerencias sobre la alimentación adecuada dependiendo del horario para ejercitarse:
1. Después de desayunar:
Muchos eligen las horas de mañana para hacer ejercicio, justo después de desayunar. En el caso de que la actividad escogida sea de tipo cardiovascular, desde Aerobi.co nos recomiendas realizar un desayuno ligero, a base de fruta o zumo, y completarlo con una tostada con miel para dar energía o bien un puñado de muesli.
Por contra, si se trata de un ejercicio anaeróbico; es aconsejable un desayuno también suave, parecido al anterior. No es conveniente tener el estómago lleno. En los dos casos es muy importante la hidratación: beber unos 500 ml. de agua 30 minutos antes de hacer ejercicio.
2. Antes de comer:
Si eres de los que eligen la pausa del mediodía para entrenar, es importante hacer un pequeño tentempié a base de fruta antes de empezar.
Cuando vuelvas, si has estado haciendo ‘cardio’, es importante reponer el gasto energético con carbohidratos (pasta, arroz…) y una ración de proteínas (carne, huevos…) para tener la energía adecuada..
En cambio, si vienes de una clase de Pilates o Yoga, al haber menos gasto de glucógeno muscular no es tan necesario el aporte de hidratos de carbono. Lo que sería ideal una comida con proteínas, mucha verdura y una ración de pan integral de no más de 40 gramos.
3. Después de trabajar/por la tarde:
Si eres de los que entrenan por la tarde, serás cómo la gran mayoría, que optan por su rutina de ‘fitness’ al salir de trabajar. Desde Aerobi.co nos cuentan que, si se trata de un ejercicio anaeróbico, la comida anterior sea ligera y que la cena sea a base de proteínas, verduras de fácil digestión o ensalada. Y como postre, una fruta de bajo índice glucémico como manzana, pera o mandarina.
Si después de trabajar haces alguna actividad ‘cardio’, es vital cenar proteínas y hortaliza crudas, así como un aporte de carbohidratos. Un menú perfecto sería una ensalada de pollo o atún y una tostada integral o bien un bocadillo integral de pavo con queso freso.
