Los niños de hoy nacieron en un mundo tecnológico en el que los avances en herramientas, dispositivos y software se dan a pasos agigantados. Hoy en día, la influencia de la tecnología en los infantes puede incluso determinar, de cierta manera, la formación de su ideología, su forma de ver la vida y sus relaciones sociales. No es fortuito que los niños de esta generación sean, también, aprendices digitales, aspecto que ni los padres ni los maestros deben olvidar.
Para los adultos, la computadora e internet fueron dos inventos revolucionarios del siglo XX; en cambio, para los niños, saber manejar una computadora y acceder a internet es parte de su cotidianeidad. Los infantes de hoy han nacido en una época en la que, además, con el uso del iPhone, los teléfonos inteligentes, el iPad, entre otros dispositivos, es posible entrar a la red y, principalmente, a las redes sociales.
Desde tiempo atrás se ha hablado de una brecha generacional entre niños y adultos que es cada vez más amplia si se le suma la actual brecha digital. Hoy en día, tanto padres, como maestros tienen que tomar en cuenta que las herramientas tecnológicas no sólo son un instrumento para aprender o entretenerse, sino que, para los niños y los jóvenes, la tecnología es un estilo de vida, es decir, parte de su vida cotidiana.
Los adultos tienen que aprender a vivir con la estrecha relación que existe entre los niños y la tecnología, siempre y cuando pongan límites en cuanto al tiempo que le van a dedicar. El padre de familia tiene que acompañar a su hijo y ayudarlo a analizar el contenido de las páginas y blogs, aunque es importante aclarar que no se trata de prohibirles que naveguen en internet.
En el aula el maestro tiene que fomentar el uso significativo de la tecnología para aprender, construir conocimiento, resolver problemas y crear. Por ejemplo a la hora de realizar tareas escolares, no se trata, simplemente, de buscar información; los maestros deben reiterarles a los niños que investiguen mediante fuentes confiables y aclararles que lo que encontraron en internet es solamente la materia prima para después procesarla; es decir, la tarea debe ser producto del análisis y de la reflexión de él.
El ideal es que el maestro sea un mediador digital que haga más atractivo y significativo el aprendizaje, utilizando la tecnología de manera creativa, por ejemplo, cuando el niño realiza presentaciones académicas o cuando utiliza recursos audiovisuales disponibles en la red para enriquecer su conocimiento.
Finalmente, es esencial reconocer que la tecnología es positiva siempre que ayude a mejorar la vida; no obstante, puede llegar a ser negativa cuando el niño le invierte demasiado tiempo, lo que conlleva a la distracción a la hora de realizar otras actividades. Además, otro aspecto negativo puede ser el uso de las herramientas tecnológicas para fomentar el bullying, por ejemplo, a través de las redes sociales.
En definitiva, hoy la tecnología es indispensable para niños y adultos, pero es importante tener en cuenta que, aunque facilite la comunicación y la interacción con las personas en tiempo y espacio, no sustituye las relaciones personales.
¿Qué tanta libertad hay que darles a los niños con internet?
¿Crees que toda la tecnología es apta para los pequeños de la casa?
Carlos Armando Ávila Cota
Psicólogo Educativo y Gerente Académico de AMCO
