No es casualidad que esta obsesión,psiquiatricamente comprobada, afecte en su mayoría a las mujeres, y es que desde siempre las convenciones sociales nos han llevado a sentirnos obcecadas con nuestra imagen.
Pero este problema no es una simple baja de autoestima, la captotrofilia consiste en la obsesión de mirarse constantemente en el espejo en búsqueda de algún defecto o para confirmar que todo está bien. El espejo del baño, el de la habitación, los retrovisores del coche, las ventanas del metro o el autobús, dentro de las tiendas, en las vitrinas, en las pantalla del móvil, cualquier cosa que bien o mal muestre nuestro reflejo es buena para detenerse a evaluarse.
Normalmente quienes padecen esta condición no se ven completas, sino que se detienen en partes específicas del cuerpo dependiendo del día o de la zona que más les genere preocupación. Así una chica que no se sienta a gusto con su nariz, sus piernas o sus pies podría ir alternando estas partes o enfocándose en otras nuevas dependiendo del día. Un punto es el centro de la revisión obcecada y constante.
Al tratarse de una obsesión la respuesta para solucionarla más que clara: acudir a un especialista que te ayudará a canalizar y superar este problema para conseguir llevar una vida más feliz y tranquila.
