Por más deliciosas que resulten las bebidas gaseosas, la verdad es que no solo llenan tu cuerpo de azúcar, además de eso se convierten en grasa y puede que las consecuencias de su consumo vaya más allá de lo imaginado.
Un artículo en la gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), se volcó sobre las bebidas gaseosas, publicando sobre las enfermedades que causa el hecho de consumir refrescos de cola. El catálogo va desde la anemia hasta el temido Alzheimer.
La receta original de la famosa bebida, tenía coca (planta peruana) y cola (originaria de África), de cual unión recibió su icónico nombre. Sin embargo, fueron prohibidas en Estados Unidos por ser adictivas. En la sustitución de su sabor, con otras sustancias y una gran cantidad de azúcar, nació el refresco de cola que ahora conocemos.
La mitad del contenido de un refresco de cola es azúcar, para lo cual debe utilizarse en su composición ácido fosfórico que ayuda a neutralizar el sabor tan dulce y hace posible que podamos beberla. Dicho ácido evita que nuestro organismo absorba minerales esenciales como: hierro y calcio; encargados de proteger la sangre y los huesos. La falta de estos minerales provoca fisuras, fracturas, caries y desgaste del esmalte dental, así como anemia; los niños, ancianos y mujeres embazadas son más propensos a estos padecimientos, lo que convierte a este “ingrediente” en una sustancia letal.
Los refrescos de cola poseen también un aditivo llamado E-150, que se une a la lista de sustancias que producen anemia, depresión y confusión, así como mala digestión e inflamación que se vuelven crónicas.
En cuanto a los tan mencionados colorantes que tienen los refrescos de cola, están altamente relacionados con el cáncer de pulmón, hígado, tiroides y leucemia.
Para los fanáticos de las versiones light de estos productos, es importante mencionar que son aún peores. Estos pueden causar daños cerebrales, pérdida de memoria, confusión mental, Alzheimer, daños en la retina y en el sistema nervioso.
Gran parte de la atracción hacia los refrescos es que estos crean una real adicción gracias al azúcar y la cafeína que contienen pues cada 45 minutos aumentan la producción de hormonas (dopaminas y serotonina) encargadas de producir placer, mismas que tienen un efecto similar al de la heroína. Al final resulta funcionar como una droga. Entre más se consuma, más se estimula la producción de hormonas y más adictivo resulta, concluyendo en que el consumo de refrescos de cola es más peligroso de lo que se podría imaginar.
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