El mango, pieza clave en una dieta sana | Entiendelas.com

El mango, pieza clave en una dieta sana

Una fruta muy especial que podemos encontrar en fruterías y supermercados a lo largo de todo el año, y en nuestro país especialmente en invierno, es el mango. Este lujo para el paladar tiene importancia no sólo por su sabor (que es diferente según la zona de donde provenga) sino por sus cualidades intrínsecas y propiedades organolépticas, y por sus múltiples aplicaciones culinarias complementando otros platos y determinándolos con ese sabor dulce que posee.

El mango, pieza clave en una dieta sana

Se cree que es originario del noroeste de la India y el norte de Burma, en las laderas del Himalaya, y posiblemente también de Sri Lanka. Hoy en día se cultiva sobre todo en la India, Indonesia, Florida, Hawai, México (el principal país exportador del mundo), Sudáfrica, Egipto, Israel, Brasil, Cuba, Filipinas y otros numerosos países. También se produce en España, sobre todo en la costa tropical andaluza, entre Málaga y Granada, donde se da un microclima tropical apropiado para su cultivo. También se producen en zonas insulares de Canarias, apunta Knowi.

El mango es un fruto muy rico en agua, contiene hidratos de carbono y tiene un muy bajo contenido en proteínas y grasas, de hecho su aporte calórico (tan solo 65 calorías por 100 gramos) proviene casi exclusivamente de sus hidratos de carbono, en su mayoría azúcares naturales de fácil digestión y fibra dietética. Muchas de sus cualidades se encuentran asociadas a las tres vitaminas A, C y E que poseen un efecto antioxidante. Además el mango posee ácido fólico, minerales (potasio y magnesio), enzimas y variadas sustancias también de efecto antioxidante y protector.

Efectos positivos

La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos (junto al ácido fólico) y favorece la absorción del hierro y la resistencia a las infecciones en general al estimular la inmunidad del individuo. La vitamina A es un compuesto esencial para disponer de una correcta visión, para conservar adecuadamente la piel, el cabello, las mucosas o los huesos en general, así como para un adecuado funcionamiento de nuestro sistema inmune. Ambas vitaminas, junto a la vitamina E, cumplen una función antioxidante digna de ser muy tenida en cuenta especialmente en procesos degenerativos de diversa índole y condición.

Por otra parte, el potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad neuro-muscular normal; además este oligoelemento interviene en el metabolismo hídrico y en el equilibrio sodio-potasio intra y extracelular que es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro metabolismo celular y orgánico.

El magnesio se relaciona con el peristaltismo intestinal, contribuye a generar una adecuada función en nuestro sistema nervioso y del componente osteomuscular de nuestro organismo (es un componente esencial de huesos y dientes). Por otro lado estimula la inmunidad y posee un cierto efecto laxante ya que aporta fibra que mejora y favorece el tránsito intestinal.

Según apuntan los expertos, el mango es una fruta cuyo valor nutritivo lo hace óptimo para recuperarse tras un esfuerzo físico, para preparar la piel de cara al sol del verano, para deportistas, niños, embarazadas, madres lactantes y ancianos, es decir aquellos que poseen unas necesidades energéticas más exigentes y especiales. El mango ayuda a combatir los efectos del calor gracias a que ?calma? la sed y restituye la cantidad de electrolitos perdidos.

Se le considera una fruta cuyo efecto antioxidante, a través de las vitaminas (A, C y E) que posee, le confiere una serie de propiedades que contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares (cardiotónico y cardioprotector, al ayudar a bajar la tensión y regular el colesterol), degenerativas e incluso procesos de carácter oncológico; por ese mismo mecanismo se considera que el mango posee un cierto efecto hepatoprotector.

Vitamina C

La vitamina C que posee el mango tiene un efecto digno de ser tenido en cuenta respecto de la absorción del hierro de los alimentos, por lo tanto su consumo está aconsejado en caso de anemia ferropénica, acompañando a los alimentos ricos en hierro o a los suplementos de este mineral ya que su consumo frecuente acelera la recuperación de estos pacientes. Además su elevado contenido en ácido fólico contribuye a reforzar este efecto antianémico.

Su contenido en fibra le confiere propiedades laxantes, puesto que previene o mejora el tránsito intestinal y por lo tanto el estreñimiento, de esta forma contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre, a controlar la glucemia, teniendo además un efecto saciante, beneficioso en casos de diabetes, sobrepeso y obesidad.

En pacientes con insuficiencia renal y con unas cifras elevadas de potasio en sangre es una fruta que deberán incorporar a su dieta de una forma prudente ya que puede contribuir a elevar las cifras de este oligoelemento ya de por sí elevadas. Sin embargo en pacientes en tratamiento con diuréticos que eliminan potasio o en personas afectas de bulimia es un alimento especial precisamente por su alto contenido en potasio.

Fuente: [eleconomista.com.es]