Vamos a estar claras en algo: No hay nada más patético y ridículo en la vida que un “viejo verde”. Las cosas como son… Los únicos que no son capaces de ver el triste papel de payasos que hacen, son ellos mismos.
Para los que no estén familiarizados con la frase, un “viejo verde” es aquel hombre de edad madura que no puede pasar más de dos horas de su vida sin babearse por una jovencita y que, además, cree que se la está comiendo cada vez que propicia algún tipo de interacción con alguna de ellas.
No debe confundirse con el “gigoló”, al que las mujeres acuden de forma espontánea pues, generalmente; el “viejo verde” carece de ciertos encantos y actitudes naturales que resultan atrayentes para damas de todas las edades.
Ahora bien; no es que el “viejo verde” tenga que ser necesariamente feo y repulsivo. Lo que sucede es que se la pasa “mostrando el hambre” y apretando la mandíbula día y noche para evitar que la baba le gotee en los cuellos de las camisas.
Una de las preocupaciones más frecuentes entre las mujeres casadas, que ven a sus esposos aproximarse al cincuentenario de sus vidas, es que puedan llegar a transformarse en una especie de vampiros de mal gusto, incapaces de contener los comentarios más desproporcionados ante un par de tetas de silicona y una naricita de bebé.
Ahora bien, en Entiendelas.com hemos consultado la experiencia de distintas mujeres que fueron capaces de identificar algunos “síntomas” de la transformación de “hombre normal, decente, respetuoso y serio” a “viejo verde baboso y grosero”.
Estas detallistas mujeres tuvieron, ante semejante escenario, la oportunidad de hacer una de dos cosas: hablar con sus maridos y lograr que recapacitaran en sus actitudes …O abandonarlos y salir huyendo de aquel futuro en el que siempre estarían jugando el papelito de “esposa amargada y golpeaíta por la vida, objeto de todos los comentarios desubicados que se le ocurrieran al señor”.
Entendemos que también hay muchas mujeres que ven los síntomas pero prefieren “hacerse las locas”… Eso ya es decisión tuya. Nosotros cumplimos con advertirte que si observas que tu esposo tiene este tipo de comportamiento, es bueno que vayas pensando en un plan B, C, D y hasta E para evitar que te explote esa torta en la cara, cuando ya sea demasiado tarde.
Estos son los cinco comportamientos que delatan que tu esposo es un “viejo verde en potencia”:
1-) En una reunión social prefiere interactuar con el grupo de adolescentes o adultos más jóvenes. Esta situación que le permite sentirse como el líder de la manada, una especie de macho alfa que se siente poderoso cuando tiene respuestas y comentarios para todo. La necesidad de sentirse interesante para “las pollitas” lo llevarán a hablar de sus gadgets tecnológicos, sus viajes al extranjero y hasta contará chistes. Si usted, querida amiga, tiene la desgracia de estar sentada a su lado en ese momento, prepárese para ser la única que se ría (probablemente usted sea la única que lo entienda).
2-) Cada vez que tiene algo que decir de alguna persona en la calle, siempre es sobre alguna bonita muchacha muy joven y hermosa. ¡Pero que casualidad! Las únicas caras de trasnocho, colores de la ropa, tipo de sombrilla, modelos de zapato y hasta forma de hablar que le llama la atención para hacer un comentario casual; son los de las posibles candidatas a un reinado de belleza que se le atraviesan en el camino. De resto, puede pasar un malabarista ruso desnudo en pleno invierno europeo bailando reguetón frente a sus ojos, y el señor estará de cabeza metido en el móvil.
3-) Propina solo para las chicas. Todos sabemos que las propinas o tips se las gana un empleado que atiende a un cliente con amabilidad y calidad de su servicio; peeeeero si tu esposo es capaz de negarle la propina al joven mesonero que los atendió ayer “porque eso ya está incluido en la factura”, y sin embargo hoy se ha sacado monedas hasta de las medias para esa coqueta jovencita que embolsa el pan en la panadería… Amiga, vaya preparando una decoración tropical en su casa, para que el hombre le combine a medida que se le vaya poniendo viejo y verde.
4-) Toda mujer de menos de 25 años es prioridad en el cruce peatonal. Bueno, es verdad que la caballerosidad es una cualidad muy respetable en cualquier hombre y además ser un conductor responsable habla de su buena educación. Sin embargo, una cosa es procurar siempre la seguridad de los peatones y otra muy distinta cederle el paso única y exclusivamente a las “doncellas del asfalto”; así estén a cinco kilómetros del carro todavía. Si tu esposo es de los que incluso comienzan a bajar la velocidad con toda la intención de esperar que la jovencita pase así tú vayas en el automóvil con el apéndice a punto de estallar, ya lo sabes… “verde, verde, verdeeeee”.
5-) Si alguna vez te propone un trío, por lo menos déjalo decir completo lo que tenga que comentar al respecto. Es que con los tríos pasa como con los helados: está el de chocolate que es quizás el más famoso, pero también hay otros tipos y combinaciones, y miles de opciones y maneras de servirlos que pueden ser igual de deliciosas, siempre que se prueben sin prejuicios ni predisposiciones. Ahora bien, si tu esposo insiste monotemáticamente en que sea solo, única y exclusivamente con una muñequita de medidas perfectas y se niega a cualquier otro tipo de intercambio sexual, especialmente si tu idea es distinta a la de estar con una nena tipo Playboy… ¡Amiga! No te dejes meter el cuento de que él solo quiere explorar junto a ti una experiencia que los eleve a ambos hasta las cúspides del placer, para fortalecer la relación con una chispa de lujuria que se convierta en un íntimo secreto que los hará sonreír cada vez que sus miradas se crucen, como pícaros cómplices por el resto de sus vidas. El solo quiere tirarse a una carajita. Punto.
¿Conoces algún otro síntoma de “viejo verdismo” prematuro?? ¡Coméntalo! Así ayudamos a cada vez más mujeres a detectar este comportamiento….
