Llevas días con una idea en la cabeza, que da vueltas sin parar entre tus pensamientos, tienes una visión de negocio y quieres hacerla realidad y lo que viene a tu mente es la determinación y el empeño que has de poner para que funcione. “Sin ideal, no existe perseverancia”, por lo tranto, persevera o fracasa.
Una vez que tomes la decisión, lleva a cabo las actividades necesarias para lograr tu objetivo, eso es perseverar. Aunque surjan dificultades debes continuar con tu propósito. Inclusive si, a través del tiempo, disminuyen las motivaciones personales. La constancia es lo que te permitirá llegar al éxito.
Crear tu propia empresa siempre implica un riesgo, muchas veces elevado; de que las cosas no salgan bien, tal como uno lo espera, y más bien aparezcan situaciones difíciles. Por otra parte, es normal que el negocio tenga algunas situaciones de crisis, grandes o pequeñas. Cuanto más lejos quieras llegar, mayores obstáculos tendrás; y esto lo saben todos los emprendedores exitosos.
Como mujer emprendedora debes tener presente actitudes que te ayudarán a convertirte en una triunfadora para cada meta que te hayas fijado. Éstas son la ilusión, el optimismo, la tenacidad, el entusiasmo, la fortaleza, la constancia y la voluntad.
No dejes que…
· El vaivén de las cosas te desvíe de tu camino,
· Las emociones nublen tu visión emprendedora,
· Las dificultades y los obstáculos te impidan seguir tu camino (la mejor solución para superarlos es anticiparse a ellos),
· El pesimismo te invada,
· La impaciencia te consuma (esperar que suceda todo rápido y fácil no es conveniente. Recuerda que los ideales se logran poco a poco).