Día tras día nos adentramos a múltiples ocupaciones, desde la limpieza y el orden del hogar, hasta la entrega de un proyecto importante de trabajo, tal vez las cosas no siempre ocurren de la manera exacta que esperamos pero lo primero que debemos hacer es ser realistas, mientras aceptemos las circunstancias que se nos presenten de la mejor manera saldremos ilesos del estrés o la ansiedad.
Seguramente te preguntaras porque cuando se está bajo tensión las personas recomiendan “respirar profundo”, aunque parezca un mito la respiración también tiene poder dentro de estas circunstancias, no te resolverán las dificultades, pero serán una herramienta a la hora que el estrés llegue, te recomendamos practicar con regularidad estas técnicas de relajación y meditación que a continuación te daremos:
· Controla la respiración: lo primero que debes hacer es controlar tu manera de respirar, inspirar por la nariz y no por la boca, respira como si no hay apuros, suave y profundamente continuamente.
· Inspirar profundamente por la nariz suavemente, te ayudará a mantener el control de tu respiración agitada o desesperada por el estrés.
También…
· Si estas en casa o en un espacio tranquilo toma un tiempo para cerrar los ojos, acostarte en una superficie plana y cómoda.
· En posición boca arriba coloca una mano sobre tu pecho y la otra sobre tu abdomen.
· Te recomendamos la respiración diafragmática, donde se deja sin movimiento el pecho y la base de la respiración proviene del abdomen, de esta manera sentirás como sube tu mano posicionada en el abdomen y la del pecho se mantendrá estática.
· Respirando lentamente reten la respiración por tres segundos llevando el conteo en tu mente y luego exhala suave.
· Repite esta técnica las veces que desees hasta que encuentres un estado de relajación total.
En blanco
Una vez que aprendes técnicas de respiración para manejar el estrés lo ideal es que puedas también controlar tu mente y de esta manera conseguir liberar la conciencia, no suena fácil “dejar la mente en blanco” pero inténtalo y te resultará.
· Es importante que te concentres en la respiración, una vez que lo hayas logrado, cuenta con números en tu mente las veces que respiras inhalando y exhalando lentamente (Ej. Unooo, dooooos, treeeees) y así sucesivamente.
· Si viene a tu mente pensamientos vuelve a comenzar la cuenta desde cero nuevamente, recuerda que el ejercicio deberás hacerlo lento y sin distracción alguna.
· Una vez que lo intentes una y otra vez te darás cuenta que habrás dejado tu mente en blanco. La idea es que no pienses en nada abrumador, sino que centres tu atención únicamente en respirar.
Imagina
Con el tiempo el dicho de que “todo está en la mente” ha tomado mayor fuerza entre las personas que practican la meditación, esta herramienta te ayudará a manejar el estrés.
· En un lugar cómodo, alejado del ruido busca concentrarte en tu respiración diafragmática antes practicada, pero esta vez enfocarás toda tu atención a visualizar un lugar calmado y que te de paz, como algún sitio con vista al mar, alguna isla solitaria, jardín o algún pico de una montaña
· Cierra los ojos, sin dejar de imaginar tu lugar y a su vez manteniendo el ritmo suave y lento de tu respiración, imagínate dentro de ese lugar, tumbado sobre la arena o entre la grama de ese amplio jardín.
· La imaginación puede hacer más de lo que crees, jamás la subestimes. Cuando te sientas lista podrás abrir tus ojos nuevamente, quedarte reposando de esa mágica experiencia y volver con más energía positiva a tus labores del día a día.
Animo… Y recuerda, nada tiene más poder que el control de tu mente.
