El Mindfulness o “atención plena”, es una práctica que procede de la meditación budista, y que en los últimos tiempos se ha posicionado como una de las favoritas de millones de personas alrededor del mundo.
Se trata específicamente de desarrollar la capacidad de focalizar la atención y tomar conciencia absoluta del momento presente, el aquí y ahora.
El mindfulness, se ha ganado a lo largo del tiempo un gran número de seguidores, debido a que como técnica de relajación tiene la capacidad de enseñar a tomar conciencia plena de todas las emociones que experimenta el ser humano, con el único fin de eliminar ansiedades y sobre todo la frustración que produce el no poder cambiar ciertas cosas o situaciones.
A través de ella se puede identificar cómo nos sentimos a nivel físico y emocional y cómo respondemos o reaccionamos ante cada momento, ayudando significativamente a la persona a ser más honestas consigo mismo, valientes y a desarrollar una mayor capacidad de discernimiento y compasión.
Asimismo, el mindfulness además de permitir estar consciente de la realidad y de lo verdaderamente importante, ayuda a reducir categóricamente el estrés y la ansiedad, lo que trae como resultado poder valorar las situaciones con claridad y con ello, a vivir con un sentido más profundo y a disfrutar mucho más la vida.
Aplicar esta técnica en tu vida diaria puede llegar a ofrecerte un gran número de beneficios, y aquí te mostramos cómo hacerlo para que recuperes o mantengas el equilibrio interno, atendiendo integralmente tu cuerpo, mente y espíritu.
Técnicas del Mindfulness para tu vida diaria
Especialistas aseguran que esta práctica supone una importante mejora en la calidad de vida de la persona que acude a ella, pues aporta grandes beneficios sobre la depresión, la ansiedad, los trastornos de personalidad, la obsesión, los trastornos de alimentación e incluso, una gran variedad de enfermedades físicas y metales.
-Respira. La “atención plena” tiene su base en la respiración. Fija tu atención en un objeto y respira tranquilamente, si pierdes la concentración en él, vuelve a empezar. El objetivo es reconocerlo y tomar conciencia plena de su existencia.
-Conéctate contigo. Aunque sea durante cinco minutos al día, date la oportunidad de reconectarte contigo misma, con tu ser, tu esencia, tus pensamientos y emociones. A través de este ejercicio permítete juzgarte menos, y ser más compasiva contigo.
-Dile adiós al piloto automático. Muchas personas eligen vivir sus días en piloto automático o por inercia, dejándose llevar por la rutina. Con el tiempo esto puede resultar bastante contraproducente, así que anímate a aplicar el principio fundamental del mindfulness, vive el presente a plenitud y mantente activa ante lo que ocurre en el hoy.
-Identifica tus pensamientos. Durante el día aprende a identificar las emociones y pensamientos positivos o negativos. A pesar de que estos últimos pueden llegar a ser perjudiciales para tu salud mental, te ayudarán a desarrollar tu capacidad de aceptación y tolerancia sobre ellos. Está comprobado que el aumento de la tolerancia a las emociones negativas produce una mejora generalizada en los diferentes aspectos de la vida, relaciones personales, el trabajo y la salud física.
Ya debes saber que el mindfulness es una técnica maravillosa que te ayuda a disfrutar y vivir el momento. Más que una práctica adóptala como tu estilo de vida, y te aseguramos que tu cuerpo y mente lo agradecerán.