Dicen que en la variedad está el gusto, también en el terreno sexual. ¿Eres de las que piensan que dónde hay pelo hay alegría o prefieres ir depilada? Y a ellos ¿qué les gusta más? Como explica Patricia Córdoba, “Lo que es erótico o sensual, es la interpretación que le otorgamos a los diferentes estímulos”. Así, lo que para alguien puede ser tremendamente atractivo para otro no, por lo que la pregunta es ¿depilada o al natural?
El vello tiene funciones a nivel físico, pero en el pulso entre lo natural y lo estético no siempre acaba venciendo la lógica. En el siglo XIV y el renacimiento hombres y mujeres de las clases altas europeas se afeitaban el pubis, pero los surrealistas preferían a las mujeres ‘al natural’. En la actualidad, tanto hombres como mujeres estamos sumamente pendientes de nuestra imagen y la depilación es un ritual de belleza más en nuestro día a día.
Las diferencias también vienen marcadas por la cultura. Mientras que en Oriente, el vello es considerado foco de infección, en Occidente los hay más permisivos y, por ende, más reacios a la depilación total de los genitales. En este sentido, hay opiniones para todos los gustos. El hombre peludo suele asociarse a la fuerza, a la virilidad, de ahí dichos como “el hombre cuanto más peludo más hermoso”. Aunque cada vez son menos, muchas mujeres prefieren a los hombres ‘de pelo en pecho’ e incluso les ponen motes relacionados con la vellosidad de su pareja.
Para otras, el vello es molesto e incluso desagradable. Extrapolar esta devoción por el vello en el cuerpo de la mujer es impensable. En otras palabras, muchas consideran que estar depilada es un requisito determinante para irse a la cama.
También están los que prefieren el pubis totalmente depilado. El rasurado integral se asocia a un mayor cuidado personal e higiene. Cada vez son más las mujeres que se atreven con la depilación brasileña o total del pubis, mientras que los hombres, algo más reticentes al dolor, prefieren recortarse.
Algunas parejas incluyen el rasurado del pubis en sus prácticas sexuales. Se trata de un juego en el que se explora la sensibilidad de los genitales y facilita el sexo oral.
Sin embargo, también están los que se oponen al pubis femenino rasurado, pues les parece infantil o artificial. Este sector prefiere otro tipo de experiencias como la peluquería íntima. Consiste en toda una serie de tratamientos destinados a embellecer el vello púbico con tintes especiales, dibujos o incrustaciones. Lo más demandado son las depilaciones con plantilla en forma de corazón o estrella y los tintes de color rojo.
¿Lo más? Pequeños brillantes que se adhieren al pubis con un pegamento específico. Con ellos que se pueden crear dibujos o iniciales. ¿Te animarías a hacerlo?
